Hace poco me tocó realizar un trabajo de recorte y poda en un jardín que había crecido de manera descontrolada. Los arbustos estaban densos, algunos árboles tenían ramas secas y las plantas necesitaban aire y luz para desarrollarse mejor.
Comencé con una poda de saneamiento, eliminando ramas secas, enfermas o mal orientadas para mejorar la salud de los árboles y arbustos. Luego, me enfoqué en el recorte estético, dando forma a los setos y arbustos para que el jardín recuperara su estructura y equilibrio.
También despejé las plantas más pequeñas que estaban siendo cubiertas por ramas grandes y realicé una limpieza general de hojas y restos de poda. Para finalizar, revisé el sistema de riego y aboné el suelo para que las plantas recuperaran fuerza después de la intervención.
El resultado fue un jardín más ordenado, con más luz y mejor circulación de aire, lo que favorece el crecimiento saludable de las plantas. Cada poda no solo mejora la apariencia, sino que fortalece el jardín para que luzca siempre en su mejor versión.



































